Quizá no le hayan dado importancia al hecho de haberse llevado alguna vez una pelota de un campo que han visitado, pero lo cierto es que si les descubren podrían tener problemas. Si no que le pregunten a nuestro siguiente protagonista, que ha sido acusado de un robo en segundo grado por apropiarse indebidamente -y por un tiempo bastante prolongado- del materal del Patterson Club de Fairfield (Connecticut). Ahora bien, también es cierto que no lo hacía para beneficio propio, sino para venderlo posteriormente y sacarse unos jugosos dólares.
Esto es lo que han determinado las autoridades después de la investigación efectuada a Joseph Kolenda, un ciudadano de 58 años residente en Connecticut, quien se entregó a la policía después de que en el pasado mes de agosto se encontraran en su domicilio más de 2.500 dólares en pelotas de golf. Números que se acrecentan todavía más conforme vamos echando la vista atrás, hasta el punto de que las autoridades estiman que esta persona ha sustraído bolas por valor de diez mil dólares desde 2017 -alrededor de unas 20.800-.
Datos que podrían no haber salido nunca a la luz si no llega a ser porque un detective se personó en un campo de prácticas cercano para tirar unas bolas. Al sacar el cubo, éste se dio cuenta de que las pelotas contaban con el logo del Patterson Club. Inmediatamente se puso en contacto con la dirección, que le facilitó el número de contacto de su proveedor de bolas y se procedió al inicio del expediente.
Kolenda se encuentra actualmente en libertad bajo fianza de diez mil dólares y se espera que comparezca ante el tribunal el próximo 23 de octubre al ser acusado de robo en segundo grado, unos cargos por los que ya fue condenado en 2001 y 2011.