El jugador grancanario se beneficia de otro enorme día en Corea del Sur para alcanzar la tercera plaza y quedarse a seis golpes de un Koepka que masacró al Nine Bridges con unos últimos nueve hoyos de leyenda
Lo intentó de todas las maneras posibles en esta última jornada de la CJ Cup, pero el gran nivel demostrado por todos los jugadores que terminaron arriba en el evento surcoreano no dio lugar a la sorpresa a Rafa Cabrera-Bello (65 golpes, -15), que terminó por contentarse con una magnífica tercera posición en el tercer torneo de la nueva temporada del circuito norteamericano.
En uno de los mejores domingos de los últimos tiempos, el jugador grancanario luchó contra viento y marea por tratar de llevarse a casa el primer triunfo en el PGA Tour. Sin embargo, Brooks Koepka (64 golpes, -21) no permitió ninguna sorpresa y anota en su historial el quinto triunfo en la gira más prestigiosa del mundo.
Y eso que todo pudo cambiar en los primeros nueve hoyos, cuando el norteamericano lo pasó francamente mal ante la exigencia del Nine Bridges, que le obligó a emplearse a fondo para poder irse con un uno bajo par de las nueve primeras banderas. El joven bombardero norteamericano se anotó dos bogeys y tres birdies que le permitían aguantar en la primera plaza junto a un inspirado Gary Woodland (63 golpes, -17), que se aprovechó de los seis birdies sin error en la primera parte del recorrido para dejarse opciones de triunfo.
Opciones que, por cierto, vio peligrar Rafa al no ser capaz de recortarle golpes a Koepka pese al traspié de este último. Ahora bien, los últimos nueve hoyos fueron bien distintos, tanto para uno como para otro. Y es que mientras el isleño se daba un festín con un grandísimo eagle en el 12 y cuatro birdies en los cuatro últimos hoyos de su vuelta, el americano ponía el broche de oro a su semana con cinco birdies y un eagle en las nueve últimas banderas que le permitieron marcharse hasta las dos decenas de dígitos en negativo.
Ni siquiera el buen hacer de Woodland –cinco birdies y dos bogeys en la segunda parte del recorrido- ni de Ryan Palmer (62 golpes, -15) que contó por birdies las siete últimas banderas del torneo fueron suficientes para destronar al vigente Jugador del Año en el PGA Tour, que vuelve a iniciar con el pie derecho la temporada.
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