Como hemos comentado en las últimas horas The Match: Tiger vs. Phil ha supuesto un salto en la manera de entender este deporte. Uno de los aspectos sobre los que más se ha hablado desde que tuviera lugar este evento el pasado viernes ha sido las apuestas que un jugador y otro se hacían en determinados momentos y que han provocado una ola de críticas desde amplios sectores de la sociedad americana, reacia a este tipo de prácticas en el deporte.
De hecho, hemos podido conocer de primera mano que el PGA Tour limitó las ocasiones en que los norteamericanos podían retarse. No en vano la política de la gira norteamericana prohíbe expresamente a los jugadores apostar en un evento copatrocinado por el Tour, algo que -aunque no se infringió al estar estas apuestas destinadas a fines benéficos– tuvo cierto peso en lo que respecta a los retos planteados.
Así se llegaron a realizar hasta cinco apuestas secundarias -las cuales corrían por cuenta y riesgo de los bolsillos de los jugadores-, lo que se contabilizó en un total de 800 mil dólares -hay que tener en cuenta que una de ellas de lograr un eagle en el hoyo 9 para llevarse un millón de dólares no la acabó consiguiendo nadie-. “Estos retos serán de seis o siete cifras para que sintamos la presión”, decía Mickelson unos días antes. Y vaya si lo fueron. Además, en todo momento se dejaron ver los grafismos de las ganancias para que el espectador supiera en todo momento quién se estaba llevando el gato al agua.
Esto, aunque no deja de ser novedoso y un aliciente para el torneo, crea un precedente muy peligroso que ya estamos sufriendo en España: la puerta abierta al juego y la creencia del dinero fácil. Las apuestas deportivas todavía no han conseguido implantarse con fuerza en los Estados Unidos, pero están destinadas a formar parte del día a día en un espacio muy corto de tiempo. Y el Golf no podía ser ajeno. De hecho, este lunes el PGA Tour ha anunciado un acuerdo de colaboración con IMG Arena, un servicio de apuestas y una gran base de datos que se encargará de distribuir los registros oficiales de puntuación tanto para los medios como para las casas de apuestas. Una noticia que hay que coger con alfileres para ver cómo termina repercutiendo en los grandes circuitos.