Se acercan las horas finales del año y con ellas nos vuelven a venir a la cabeza -un año más- los propósitos de cara al 2019. Que si mejorar en los greenes, que si ser más consistente con los hierros y, cómo no, el intentar mejorar nuestro swing. Y puestos a pedir nos gustaría muchísimo parecernos a este chaval, que con apenas cinco añitos es capaz de llevar a la práctica un swing de manual. Qué plasticidad, qué belleza… solo con parecernos la mitad nos daríamos por satisfechos.