Después de mucho tiempo el putter le volvió a funcionar a Jon Rahm (68 golpes, -7). El León de Barrika, que comenzó la jornada bordeando los diez primeros puestos de la clasificación del Phoenix Open, tuvo que sacar el pico y la pala para solucionar una ronda que se había complicado en exceso después de los errores en la primera parte de su recorrido. El español, fiel a su estilo, no le perdió la cara a la ronda en ningún momento y fruto de ello acabó entregando una cartulina con 68 golpes que le sirve en estos momentos para quedarse a un solo impacto de la novena plaza.
Y eso que los nueve primeros hoyos no dejaron unas buenas sensaciones en el jugador de la Armada. Más que nada porque a cada acierto le acompañaba un error hasta el punto de terminar las nueve primeras banderas con un resultado esclarecedor: tres birdies, tres bogeys y tres pares. Por suerte, la parte final fue otra película completamente. Los errores prácticamente desaparecieron -tan solo consumó un bogey-, lo que junto a los cuatro birdies le permitieron volver a bajar de los 70 golpes para continuar un día más bordeando la zona noble.
En estos momentos Jon es undécimo, a solo un golpe de la novena plaza y, eso sí, a cuatro de un podio que cierran el sudafricano Branden Grace (64 golpes, -11) y Trey Mullinax (64 golpes, -11) y que completan dos de las estrellas de este evento: Justin Thomas (66 golpes, -12) y Rickie Fowler (65 golpes, -13). Precisamente el californiano fue uno de los jugadores más destacados de este segundo día de evento después de un extraordinario final en el que consiguió firmar el birdie en sus cuatro últimos hoyos para sellar uno de los grandes duelos del día este domingo.