Rahm se sincera tras la ronda del domingo: “No he jugado bien, pero al menos no se me fue la cabeza”

El vizcaíno fue entrevistado a pie de campo por los compañeros de Movistar Golf y comentó su satisfacción por el cambio de mentalidad

 

Todos esperamos como agua de mayo la salida de Jon Rahm este domingo por el tee del 1 del TPC Sawgrass. El vizcaíno tenía ante sí una oportunidad única de seguir haciéndose un nombre dentro del Golf en el caso de lograr la victoria en el Players, una de las fechas marcadas en rojo por todos los jugadores en este comienzo de año. Sin embargo, las cosas no salieron como hubiésemos querido y las posibilidades de victoria se fueron diluyendo poco a poco con el paso de los minutos. 

Los tres bogeys en los cuatro primeros hoyos, unido al error en el par 5 del oncedespués de hacer caso omiso a las indicaciones de su caddie– dieron al traste con cualquier posibilidad de ver al León de Barrika saliendo del complejo de Florida con el galardón que le acreditaba como ganador del denominado Quinto Grande. Sin embargo, hay que reconocerle al joven español una cosa pese a su ronda: no perdió los nervios en ningún momento después de que no le salieran las cosas. 

Acostumbrados a verle pagar los platos rotos con los palos -sobra comentar su comportamiento en torneos pasados como la final del WGC-Match Play de 2017, donde cayó ante Dustin Johnson-, la promesa de la Armada hizo acopio de una buena dosis de paciencia para llevar de la mejor manera posible su participación en el Players. Podrían pensar que resulta absurdo congratularse de un comportamiento que se le debe presuponer a un deportista profesional, pero lo cierto es que después de los rapapolvos que ha sufrido por parte de la prensa americana en los últimos años resulta justo reparar en un cambio de actitud que destaca madurez. 

Esto mismo fue lo primero que destacó el propio Jon ante los micrófonos de Movistar Golf una vez que finalizó los últimos 18 hoyos del evento, poniendo en valor la experiencia cosechada por delante de lo que había dejado de ganar: “Estoy muy orgulloso porque mentalmente no he sido el Jon de antes. No se me ha ido la cabeza, no he tirado palos, no me he enfadado, no he dicho nada malo… Quizá esta sea la pieza que me faltaba en mi estado mental. Me voy con una sensación agridulce, porque no he jugado bien pero al menos me he comportado como tenía que hacerlo”, señaló el vizcaíno. Un extraordinario cambio de actitud que a buen seguro le abrirá las puertas del triunfo en un futuro no muy lejano. 

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