Dominio absolutamente americano en los primeros compases del Shriners Hospitals for Children Open, cuarta prueba de la temporada del PGA Tour y primera a la que asiste un número 1 del mundo como Brooks Koepka (70 golpes, -1) que lo ha pasado ciertamente mal en las primeras horas sobre el TPC Summerlin. Y es que el jugador de Florida ha terminado fuera de la zona de corte después de un día que empezó torcido ya desde el inicio con ese bogey en el 10 -su primera bandera de la ronda-y que no pudo enderezar por más que lo intentó.
Porque en el momento que parecía retomar la iniciativa con algún golpe de bella factura, un mazazo en forma de bogey le visitaba en la cartulina. Cinco aciertos por cuatro bogeys consiguió BK, un resultado alejado incluso del de su hermano Chase (66 golpes -5), que no encontró el error en ningún momento durante las primeras 18 banderas y que se marchó a Casa Club con cinco birdies que lo meten de lleno en el Top 10 del evento.
Una zona noble en la que, como ya hemos comentado al principio, solo dos banderas evitan la armonía de las barras y las estrellas: se trata de la australiana de Adam Scott (66 golpes, -5) -que ya inició muy bien hace siete días su participación en el Safeway Open– y la canadiense de Nick Taylor (63 golpes, -8), quien ha sorprendido a todos con una actuación impecable para convertirse en el primer líder del evento.
El jugador del país de la hoja de arce entregó unos números alucinantes -con casi Hoyo en Uno en un par 4 incluido– con un eagle y seis birdies sin errores para meterse en la primera plaza y aventajar en un impacto a Brian Harman (64 golpes, -7) y en dos a un grupo de cinco jugadores entre los que destaca un Phil Mickelson (65 golpes, -6) que hacía mucho tiempo que veíamos errar tan poco desde el tee. Un hecho que lo coloca en el podio y que le da opciones de pelear por el liderato este viernes.