Llegaba el tee del hoyo 14 en una de las situaciones más complicadas que había tenido Gary Woodland a lo largo de la semana. El norteamericano, que había estado comandando la clasificación en solitario durante muchas horas, contaba ya con algún que otro compañero en sus mismos guarismos y tenía la obligación de sumar birdies para volver a poner tierra de por medio. Sin embargo, lo que se encontró en la salida de la decimocuarta bandera fue que la bola acabó en un bunker, al lado de una palmera que hacía muy difícil la visibilidad. Pero Woodland no se puso nervioso y un disparo de mucho mérito le sirvió para llevar la bola al collarín del green y de ahí dos putts fueron buenos para salvar el par.