Necesitaba un golpe así para deshacerse de las cadenas que le habían maniatado desde bien temprano. Un exquisito globo made in Rahm desde el rough del par 5 de la novena bandera que, a unos 20 metros del agujero, tomó la línea y la fuerza perfecta para dirigirse al fondo del hoyo y darle la oportunidad al español de restarle inmediatamente dos golpes al campo para permitirle lograr por primera vez en el día guarismos en negativo. Toda una bocanada de aire fresco que le sirvió de bálsamo lo que quedaba de ronda.