Después de dos días en los que se hacía prácticamente imposible llevar a cabo una jornada de Golf normal después de las continuas lluvias y, sobre todo, el enorme viento racheado que ha estado asolando Hawái este semana, por fin hemos podido ser testigos de la primera ronda con unos parámetros habituales. Y en ella -todo hay que decirlo- tampoco es que se hayan producido cambios significativos respecto a lo que vimos en los 36 primeros hoyos. El más apreciable a simple vista es el de las tarjetas, que dejaron atrás los dos días de contención para expandirse e incluso permitir que un jugador alcance ya los dobles dígitos en negativo.
Se trata de Brendan Steele (64 golpes, -12), que demostró que lo del jueves y el viernes no lo logró fruto de la casualidad y se postula en estos momentos como el principal favorito para hacerse con el Sony Open, sumar el cuarto título de su carrera en el PGA Tour y tomar el testigo en este evento de un Matt Kuchar que se machó del torneo al no superar el corte. Además, lo hizo después de ir completamente de menos a más tras comenzar su ronda con dos bogeys prácticamente consecutivos en el 2 y en el 3 que lo obligaron a retrasarse en la tabla.
Lo que nadie sabía en ese momento es que iban a ser los dos únicos errores que iba a presentar el norteamericano en todo el día. Y es que éste fue un punto de inflexión para sus intereses, permitiéndole sumar un birdie en el 5 un eagle en el 9 con el que consiguió terminar las nueve primeras banderas en uno bajo par. La segunda parte del recorrido fue todo un paseo militar para el estadounidense, quien se anotó cinco birdies sin errores con los que aventaja en tres golpes a un Cameron Smith (66 golpes, -9) que, con cuatro aciertos en sus cinco últimas banderas del día, intentará aprovechar la inercia positiva para acercarse en la tabla.