Este viernes el jugador norteamericano estaba tocado por una suerte de varita mágica que le permitía transformar en fácil cualquier disparo al que tuviera que hacer frente. Le sucedió, por ejemplo, en el par 4 del hoyo 15 del campo sur de Torrey Pines. Aquí, después de que su golpe de approach se quedara en el bunker próximo al green, Snedeker fue capaz de llevar la bola al fondo del agujero con un disparo perfecto que le permitió sumar en su cartulina su séptimo birdie del día y asumir la segunda posición en solitario del campeonato. Casi nada.