Se encontraba en el quinto hoyo más complicado del día sobre la hierba del Riviera Country Club y pocos apostaban porque pudiera pelear por algo más que por hacer el par tras encontrar el bunker desde la salida del tee. Pero entonces Justin Rose dio una master class de cómo salir con estilo de una situación en la que se tiene mucha presión. El ex número 1 del mundo, que compartía partido junto a Rahm, conectó un disparo perfecto que contó con la potencia justa para botar en el sitio exacto y así alojarse en el fondo del agujero. Una barbaridad con el sello del golfista inglés.