Cuando el pasado 30 de diciembre Tiger Woods cumplió 44 años, muchos comenzamos a descontar el tiempo que le restaba para poder ser partícipe del Salón de la Fama del Golf Mundial, una suerte de museo sólo apto para los más grandes de este deporte. Pues bien, con el cambio notificado por la propia organización en el que rebajaba cinco años la edad para entrar en este selecto grupo se le abrieron de la noche a la mañana las puertas de par en par. Así, cualquier jugador que en este año 2020 cumpliera 45 años era apto para ser nominado para su incorporación, tal y como informamos hace unos días.
Una nominación que ha llegado este mismo martes y que acerca un poco más al californiano al Olimpo de este deporte. Sus 15 Majors, por no hablar del récord que comparte con Sam Snead de más triunfos en la historia del PGA Tour (82), hablan a la perfección de un jugador único a lo largo de la historia y el que más ha contribuido a la expansión de este deporte en el último cuarto de siglo. Su nombre, junto al de otros tres golfistas en categoría masculina, cuatro en cuanto al apartado femenino y otros dos en relación a personas que, sin ser jugadoras profesionales, han fomentado la práctica de este deporte, serán objeto de estudio en los próximos meses.
Unos nombres que merecen a todas luces el tratamiento al descubrir sus bondades a lo largo de los años para con este juego. Y es que, además de Tiger, nos encontramos a Padraig Harrington, Johnny Farrell y Tom Weiskopf en hombres y a Susie Maxwell Berning, Beverly Hanson, Sandra Palmer y Dottie Pepper en mujeres, con el ex comisionado del PGA Tour Tim Finchem y la diseñadora de campos Marion Hollins completando esta célebre lista.