En un día en el que era prácticamente imposible hacer los cálculos para que la bola llegara a buen puerto, hacía falta una pequeña dosis de fortuna para intentar conseguir algún que otro birdie. Si no que se lo digan al neozelandés Danny Lee, que tuvo la suerte de lograr el Golpe del Día con un impacto ciego desde detrás de un árbol en el hoyo 12 que recorrió 63 metros para instalarse en el fondo del agujero. Todo un milagro en una ronda que no estaba para muchas alegrías.