El anuncio por parte del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de suspender por un espacio temporal de 30 días la mayoría de los viajes de Europa al país americano tiene graves consecuencias en todos los aspectos, incluido el Golf. Sin entrar a valorar la implantación de estas medidas una vez que se ha superado el millar de positivos por “un virus extranjero”, como lo llama el propio Trump, -un estudio reciente publicado por Science comprobó que esta restricción es limitada una vez que la enfermedad se ha propagado ampliamente en el territorio-, la decisión tiene grandes repercusiones para los mejores del mundo.
Principalmente, para aquellos que no sean residentes americanos -y es que tanto estos, como sus familiares directos, estarían exentos-. La razón es que, con esta suspensión general de 30 días, dos torneos con gran presencia europea se verían potencialmente afectados: el WGC-Technologies Match Play, que se disputa del 25 al 29 de marzo, y el Masters de Augusta, que se juega a partir del 9 de abril. Esto cambia completamente las palabras pronunciadas el martes por Jay Monahan, quien decía que “todo iba a seguir según lo previsto”.
La próxima semana tampoco tendremos Tour Europeo tras la suspensión del Abierto de la India
“Tenemos el total apoyo para llevarlo a la práctica y lo vamos a hacer”, finalizaba su discurso el hombre fuerte del organismo norteamericano en la previa del Players. Palabras que fueron actualizadas este mismo jueves por el propio Monahan quién reafirmó que los torneos se celebrarán según está previsto pero sin público en los campos a partir de este mismo viernes en el Players y hasta el Valero Texas Open, evento que tendrá lugar una semana antes del Masters, a excepción del Corales Puntacana Resort & Club Championship que queda por el momento suspendido.
No obstante, la inmediatez con la que se suceden las noticias y las decisiones políticas sobre el COVID-19 pueda provocar que esas primeras palabras queden en saco roto y nos hagan preguntarnos que pasará con todos esos jugadores no americanos que estén dentro de los 50 mejores del mundo. ¿Se jugará ese primer Grande sin ellos? ¿Se suspenderá el evento hasta nuevo aviso?
Sea como fuere, el anuncio del inquilino de la Casa Blanca ha dejado más dudas que aclaraciones: ¿cómo se va a llevar a cabo esta discriminación por el lugar de residencia? ¿Se someterá a las personas a algún tipo de control previo a la entrada del país? Son preguntas que tendrán respuesta en las próximas horas.
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