El ser humano es capaz de hacer cosas increíbles, pero también es cierto que su nivel de egoísmo y de poca empatía roza a veces lo inimaginable. Lo estamos viendo estas últimas semanas en nuestro país cuando, con todos confinados en sus hogares, todavía hay personas a las que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado emiten día sí, día también, propuestas de sanción por no ser capaces de seguir a rajatabla una orden muy sencilla: quedarse en casa si no se tiene un motivo justificado para salir.
Pero no crean que este es un problema que afecta sólo a España. La estupidez, como suele decirse, traspasa fronteras de una manera veloz. Y si no fíjense en estas tres personas que arrestaron hace unas horas en Rhode Island (Estados Unidos) por saltarse a la torera la cuarentena, cruzar de un Estado a otro y marchar tan tranquilos a llevar a cabo una ronda de Golf. Los hechos ocurrieron después de que estos tres protagonistas llevaran a cabo unas horas de desasosiego en Meadowbrook, un campo ubicado en un Estado que sí permite jugar al Golf, pero sólo a los residentes.
La persona que descubrió el pastel fue un trabajador de un restaurante de comida rápida donde pararon, que los vio sacar los palos de dos coches con matricula de Massachusetts -donde se ha prohibido todo el Golf- para introducirlos en otro con matrícula de Rhode Island antes de conducir éste hasta el mencionado campo. Acto seguido, el empleado avisó a la policía, que los esperó en sus vehículos hasta que regresaron. “Estaba claro que en este caso lo sabían y estaban tratando de ocultar el hecho de que eran de otro Estado”, comentó el jefe de policía de Richmond.
Una broma que les va a salir cara, pues se volvieron a Massachusetts con una citación judicial para el 14 de mayo bajo el brazo, en la que se enfrentarán a una pena que va desde los 500 dólares a los 90 días de cárcel.
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