Si algo tiene el Golf que lo diferencia del resto de deportes sobre la faz de La Tierra es que pueden darse situaciones tan inverosímiles como a la que asistimos atónitos este domingo en la cuarta y última jornada del Hero Open sobre la hierba del Forest of Arden de Birmingham. El protagonista de la misma fue el sueco Joel Sjöholm, que en la disputa del par 5 del 17 tuvo un contratiempo de gran magnitud al acabar con su segundo disparo en una isla próxima al green a la que no se podía llegar con medios convencionales al no existir ningún camino.
Y viendo que se jugaba mucho, al escandinavo no se le cayeron los anillos cuando vio que la única solución posible era meter unos cuantos palos en un bote -sí, están leyendo bien- y lanzarse a la aventura para poder atracar en la isla. Allí localizó la bola sin ningún problema, pero para jugarla tuvo que mover las vallas publicitarias que le bloqueaban el tiro. Estudió el disparo, golpeó y vuelta al terreno de juego con el consiguiente peligro de verlo en el agua.
Tras esta peripecia, Sjöholm no pudo hacer mucho más que salvar el bogey, pero se ganó un hueco en el corazón de los seguidores del European Tour. “Siempre me he caracterizado por buscar soluciones a mis problemas”, comenzó afirmando en la entrevista post ronda. “Podía haberla dejado en el agua e irme a la zona de penalización, pero la conseguí sacar e hice un 6. Lo cierto es que tenía más miedo de caerme al agua que de la posición de la bola. Lo único que lamento es si enfrié a los compañeros que venían jugando bien por detrás. Lo siento, pero hice lo que tenía que hacer”, sentenció. Toda una ventura con la que está recorrido los cinco continentes.
You’ve done everything right so far Joel, so whatever you do, don’t fall in…#HeroOpen #GolfForGood pic.twitter.com/F7vPZTYvay
— The European Tour (@EuropeanTour) August 2, 2020