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Ciganda vuelve a dar lustre a sus primeras horas de un torneo y ya vislumbra la zona alta.
Al igual que sucediera durante las primeras horas del Drive On que se disputó la semana pasada y que supuso el pistoletazo de salida al reinicio de la LPGA, Carlota Ciganda (68 golpes, -3) ha vuelto a dejar bien claro que si hay alguien de la Armada a la que le ha sentado bien estos meses sin actividad es a ella -sólo hay que ver sus dos victorias en el Cactus Tour-. Y es que la navarra se ha vuelto a convertir en el foco que ilumina a las nuestras con una nueva ronda por debajo del par y con una sensaciones que invitan al optimismo.
La pamplonica fue todo un martillo pilón en la estadística de greenes en regulación -sólo falló dos en toda la vuelta-, lo que le dio rédito con el paso de los minutos a pesar de vivir un inicio en el que le costó despegar más de la cuenta. Y es que Carlota inició su participación en el Marathon LPGA Classic sobre la hierba del siempre interesante Highland Meadows con un acierto y un error en la primera parte del recorrido, algo que mejoró ostensiblemente conforme fueron pasando los minutos.
De hecho, la española se anotó tres birdies en el 11, el 15 y el 18 que le permitieron presentar un prometedor -3 con el que se queda a sólo un impacto del Top 10 y a cuatro de las líderes Lydia Ko (64 golpes, -7) y Danielle Kang (64 golpes, -7), que se ha erigido en el gran nombre de esta reanudación de la gira americana. Aunque Carlota no sería la única jugadora nacional en acceder al fin de semana en estos momentos. Y es que este privilegio también le correspondería a Azahara Muñoz (70 golpes, -1).
La malagueña presentó una cartulina sin apenas errores en la que dos aciertos y un bogey -éste se produjo en el 8, la penúltima bandera del día- le permitieron instalar el -1 en la misma para alcanzar el Top 42 y ver a sólo un par de golpes las veinte primeras plazas del evento. Un premio por el que intentará pugnar este mismo viernes y del que se ha quedado muy alejada Beatriz Recari (75 golpes, +4), que con cinco bogeys y un birdie tendrá que cuajar un buen día si quiere seguir formando parte del torneo los 36 últimos hoyos.
