Sólo 20 minutos malos han privado a Jon Rahm (68 golpes, -22) de una nueva victoria en el mejor circuito del planeta y del número 1 del mundo. Al vizcaíno, que durante algunos instantes de la última jornada llegó a ocupar el liderato en solitario de este ZOZO Championship, le tocó vivir la crueldad de este deporte con los bogeys consecutivos en el 12 y el 13 -los únicos que cometió el fin de semana- y el putt para birdie en el 18 que le hubiera dado la oportunidad de salir al PlayOff y que se quedó a unos diez centímetros del agujero.
Aunque vayamos por partes, que lo sucedido en esta última ronda sobre el Sherwood CC californiano es digno de analizar. Sobre todo porque el español salió como un cohete al campo, consciente de que sólo un gran inicio le podría permitir dar caza a un Justin Thomas (69 golpes, -22) con el que compartía partida y que le aventajaba en un impacto en lo más alto de la tabla. De hecho, durante algunos instantes llegamos a pensar que la victoria del León de Barrika iba a estar muy difícil. Sobre todo, después de que el norteamericano sellara con birdie las dos primeras banderas a las que se enfrentó en el día.
Pero si por algo es conocido Jon, además de por su calidad con los palos, es por su tenacidad. Así, los birdies en el 2, el 3, el 7 y el 9 antes de terminar la primera parte del recorrido lo situaron en lo más alto empatado con un Thomas que, tras el inicio fulgurante, se anotó un nuevo acierto en la sexta bandera. Una igualdad que se rompió en el 11 tras un nuevo birdie del español que ponía el triunfo en franquía. Sin embargo, y cuando todas las apuestas le daban como ganador, dos bogeys consecutivos en el 12 y en el 13 -ambos con la bola colgando del agujero- permitieron entrar en escena a Patrick Cantlay (65 golpes, -23).
El jugador de las barras y estrellas, que partía desde fuera de los focos del partido del día, se aprovechó de esta circunstancia para empatar su mejor ronda de la semana con 65 impactos y acabar aventajando en uno a un Rahm que no encontró margen de reacción pese al birdie del 16. Dos hoyos le restaban para lograr un nuevo acierto que le permitiera salir a la muerte súbita, pero un putt marrado desde cinco metros en el 17 y otro desde seis metros y medio en el 18 acabaron por decidir un torneo que lo deja a milésimas del número 1.
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