No será esta la semana que Sergio García (71 golpes, +5) inmortalice con más cariño de sus cientos de participaciones en eventos del PGA Tour. El castellonense, que recordemos había finalizado con un cuatro sobre par los primeros 18 hoyos en el Houston Open, necesitaba resetear la mente y tratar de vivir una jornada completamente opuesta a la del inicio del torneo para guardarse todavía opciones de estar el fin de semana. Sin embargo, al español tampoco le terminaron de salir las cosas el viernes y se despide a las primeras de cambio de la última prueba antes de la visita al Augusta National.
El deportista de Borriol, aunque la empresa era difícil, se había mostrado dispuesto a intentarlo desde el inicio, pero los primeros compases ya dieron muestras de lo que iba a costar llenar su cartulina de aciertos. Empezando por sus golpes de salida -con los que no conseguía encontrar la calle– y siguiendo con sus impactos en los greenes –Sergio sólo fue capaz de encontrar el birdie una vez en las 18 banderas disputadas-, los minutos iban pasando y la diferencia que lo separaba de los mejores se hacía cada vez más grande.
Para que se hagan una idea de lo que hablamos, el ganador de la Chaqueta Verde en el 2017 completó una primera parte del recorrido en la que finalizó con un bogey -el del hoyo 12, donde falló un putt de algo más de dos metros– y ocho pares, mientras que sus nueve banderas finales las solventó con su único acierto en el día -el del par 5 del hoyo 3– y un nuevo error en el 7 -una auténtica condena los pares 3 esta semana para el jugador de la Armada-.
De esta forma, Sergio se despide en el Top 80, a un par de golpes del corte y a una decena de un podio que se encuentra de lo más igualado. Y es que tanto el mexicano Carlos Ortiz (68 golpes, -5) como el australiano Jason Day (68 golpes, -5) se han situado a sólo dos impactos de un Sam Burns (65 golpes, -7) que ha completado la vuelta del día con cinco birdies sin errores para situarse en lo más alto.