Será la cuarta ocasión en la que el León de Barrika se las vea con el Augusta National desde que dio el salto al mundo profesional. La cuarta vez que se enfrente a un complejo en el que siempre ha pasado el corte y en el que ha cosechado un Top 27, un cuarto lugar y, más recientemente, un noveno. Es por esto que el vizcaíno se encuentra con fuerzas para luchar por su primer Major en un campo en el que se respira Golf por los cuatro costados.
Una pugna que dará comienzo el jueves y el viernes con Louis Oosthuizen y Bryson DeChambeau como compañeros de juego y que le deberían conducir a un fin de semana cargado de emoción y nervios. Aunque no adelantemos acontecimientos pues, tal y como ha comentado el español este mismo martes durante la rueda de prensa previa al inicio del torneo, «el Masters no es un torneo que se gane en una vuelta». Y el más claro ejemplo lo vivió hace ahora más de año y medio después de compartir los 36 primeros hoyos junto a Tiger Woods, quien a la postre salió campeón.
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«Siguiendo la ronda de Tiger me di cuenta de que para ganar aquí no había que obsesionarse con dejarlas dadas. Él se anotó un par de golpes bajo par en los segundos nueve hoyos después de embocar putts muy largos, de seis o siete metros. No es necesario jugar a la perfección, sino dejarlas en el sitio adecuado para dejarte alguna oportunidad», comentó el actual número 2 del planeta, que tiene claro que su estrategia de esta semana pasa por ser paciente y saber capear los errores cuando estos lleguen.
«Hay que tener en cuenta que, a excepción de los pares 5, todos los hoyos tienen una media de golpes por encima del par. Así que no me tendría que molestar si, al llegar al 3, no consiguiera hacer approach y putt para birdie después de un gran drive. Después de todo, estaría ganándole a la media del campo haciendo el par. Voy a jugar cada golpe como siento que debo jugarlo en cada momento«, sentenció el deportista vasco. Unas palabras que denotan mucha confianza para la última gran cita del 2020.