Cuando se fue a la cama y le dio por recordar todo lo que había vivido este viernes, a buen seguro que a Rickie Fowler le sobrevino a la cabeza aquello de: “Pues menos mal que logré aquel birdie en el 14”. Y es que el californiano, que convirtió este grandísimo chip a falta de cuatro hoyos que le permitió meterse entre los 40 mejores del torneo, tuvo un horroroso final con tres errores en las cuatro últimas banderas que estuvieron cerca de apearlo del torneo a las primeras de cambio. Si no llega a ser por ese toque mágico…