En plena Semana Santa -y como viene siendo tradición en los últimos años- les dejamos con uno de esos colapsos que se van a recordar en el PGA Tour con el paso de los años. Su protagonista fue Kevin Na, que entró en el libro de récords en 2011 después de firmar un 16 en el noveno hoyo del TPC San Antonio. Una acción que no estuvo exenta de cachondeo por parte del norteamericano.
Todo comenzó desde el tee, cuando el deportista de las barras y las estrellas golpeó la bola fuera de límites. La recogió, volvió al tee y la envió al mismo lugar. Su cara era todo un poema. Once disparos le costó a Na salir de una situación en la que se había metido él solo sin ayuda de terceros. “Sinceramente, Kevin. No tengo ni idea de lo que estás haciendo”, le llegó a espetar en ese momento Kenny Harms, su caddie. “Ni yo”, replicó él, poco antes de hacerse la gran pregunta en esos momentos. “¿Vamos a poder contar todos los golpes? Porque yo no llevo la cuenta”. “No lo sé”, sentenció Harms.
Y vaya si lo hicieron. Un 16 se acabó apuntando Na, que recibió los aplausos del público nada más terminar el hoyo. De hecho, el año siguiente el americano le quiso rendir un sentido homenaje a ese recorrido y colgó la camiseta utilizada en esa cita en los árboles que le impidieron acceder al fin de semana doce meses antes.
Ver esta publicación en Instagram
Pingback: Si Woo Kim batió el récord de golpes en un par 3 con un 13