Pocos, por no decir ninguno, hubiesen puesto la mano en el fuego por Justin Rose una vez que tras la disputa del hoyo 7 su cartulina reflejaba dos errores sin aciertos. El inglés, voluntarioso pero falto de tino, se estrellaba contra el Augusta National una y otra vez y se le acababa el tiempo para poder terminar su ronda en negativo. Sin embargo, el eagle del 8 le permitió llevar a cabo una reacción que ha provocado que a estas alturas aventaje en cuatro impactos a sus más inmediatos perseguidores. Y es que el británico se apuntó un nueve bajo par en las once últimas banderas -el eagle comentado y siete birdies– para provocar un terremoto en las primeras horas del torneo.