En el anterior artículo tratamos el manido tema del “pensamiento positivo”, que a veces puede ser un arma de doble filo cuando estos pensamientos se convierten en expectativas inalcanzables y producen frustraciones que nos llevan a “sufrir” mientras paseamos por un bello campo de golf. Nuestro querido lector Charly, en Facebook, nos regaló un muy acertado comentario en el que nos comentaba la importancia que tiene el creer en nosotros mismos y cómo el ánimo de los demás es un valor añadido. Veamos qué implica esto.
En psicología la actitud positiva es definida como el motor que pone en acción todos los mecanismos intelectuales, emocionales y corporales para adaptarnos al medio que nos rodea y crecer personalmente ante cualquier circunstancia. Esto no significa que ante una amenaza no tengamos miedo o que ante una pérdida importante en nuestra vida no sintamos tristeza. Todo lo contrario. Una buena actitud es la que nos lleva a sacar el máximo aprendizaje de las circunstancias que nos rodean. A veces se confunde con reprimir emociones y mantenernos tranquilos y sosegados continuamente.
Desde luego, romper un palo o tirarlo al lago no es la mejor manera de mantener una actitud positiva, aunque hay jugadores que durante una ronda necesitan “expresar” su enfado para conectarse con el siguiente golpe y llegar más “limpios” emocionalmente. Hay una frase que me trato de aplicar en el campo y es “todo lo que se resiste, persiste”. En este caso, lo ideal sería cómo expresarlo de manera que nos beneficie en el juego y no nos llene la cabeza de pensamientos negativos.
Jon Rahm es un ejemplo de trabajo personal en la manera de gestionar las emociones en el campo. Sigue siendo un jugador con “carácter” y que, con mucho trabajo, ha conseguido poner a favor el factor emocional en el campo de golf. Es un ejercicio nada sencillo aprender a soltar de manera natural el enganche emocional que podemos tener tras un mal golpe, hoyo o partida.
Cuerpo, emoción y mente van juntas de la mano constantemente. Si mi cabeza se queda enganchada en el anterior golpe de manera negativa, mi cuerpo se tensa a causa de la emocionalidad que estoy generando. Habitualmente, es el miedo el que suele estar presente en nuestros golpes. Inseguridad en el swing, peligro de agua, fuera de límites, viento, bunker, sensaciones internas que nos limitan… El exceso de miedo en el golf hace que nos tensionemos más de la cuenta, que cojamos más fuerte el grip o que en un putt de un metro fallemos, porque antes de dar a la bola ya “teníamos la sensación que íbamos a fallar” … Y, casualidad, “fallamos”.
Y aquí entra en juego la actitud positiva, que tiene que ver con conectar con ese miedo y aprender a conocer qué hay detrás de el. Y es que el miedo se diluye con confianza y sobre todo con la capacidad que tenemos de conectar con el disfrute que hace que desaparezca la sensación de “amenaza o peligro” constante en cada golpe.
Desde luego, no se trata de salir al campo y hacernos una autoterapia, simplemente se trata de entrenar la autorregulación de esos estados emocionales que, sin duda, influyen en nuestra actitud tanto en la vida como en el golf. ¿Cuánto miedo hay en cada golpe que doy?
Un querido amigo, hace muchos años y con mucha experiencia en el golf, me dijo algo que nunca olvidaré y que me hizo reflexionar. Acababa de dar tres golpes seguidos en un bunker sin sacar la bola de la arena, así que mi actitud en ese momento no era la más positiva. Frustrado, recogí la bola y abandoné el hoyo con un cabreo bastante importante y un calentón interior tremendo.
Cuando él acabó el hoyo, me preguntó:
– Oye, David, ¿Cuánto has entrenado últimamente las salidas de búnker?
Yo le respondí:
-Pues la verdad es que nada.
A lo que él me preguntó de nuevo:
-Entonces, ¿por qué pensabas que ibas a sacarla bien?
Fin de la lección.
Y es que la actitud positiva tiene que ver con la constancia, con la acción, con el crecimiento, con el entrenamiento y con la virtud de trabajar por aquello que quieres. Por mucho pensamiento positivo que tenga, si no he entrenado las posibilidades que existen de que salga todo bien son más bien pocas. Hay personas que tienen una habilidad natural o una coordinación que les permite ser más consistentes en el campo sin entrenar mucho, quizá por que lo llevan haciendo desde pequeños o siempre han sido hábiles en el deporte. Al resto de mortales nos toca trabajar y para ello hace falta motivación, acompañada de trabajo constante. Y lo que mantiene esto es una fuerza mental y emocional que nos dará resultados en el futuro, mientras tanto nos toca disfrutar del camino e ir aprendiendo de todo lo que nos ofrece este precioso deporte que tanto se asemeja a la vida.
CLAVES PARA MANTENER UNA ACTITUD POSITIVA
Personalmente, creo que esto vale tanto para el golf como para la vida, sin duda no es tan fácil como escribirlo, ¡¡¡pero al final todo se trata de ACTITUD!!!
¿Y tú, como mantienes tu actitud positiva?
David Espinosa es Coach Deportivo y facilitador de procesos en equipos, además de un apasionado del golf e investigador de todo el backstage que implica este gran juego en la parte mental y emocional.