No podía cerrar de otra manera un día en el que las cosas le estaban saliendo a pedir de boca que con un birdie. Jon Rahm marchaba a sólo un impacto de Patrick Cantlay cuando estaba a punto de suspenderse la ronda por falta de luz cuando, de repente, en uno de sus últimos disparos desde 121 yardas, consiguió dejar la bola a menos de un metro de bandera después de que esta se perfilara por el contorno del green antes de producirse el backspin. Una bella ejecución que le dio la posibilidad de anotarse el último acierto del viernes e igualar con el norteamericano en lo más alto.