Para llegar al decisivo PlayOff, Patrick Cantlay tuvo que sufrir de lo lindo. Empezando por su compañero de juego Collin Morikawa, que no se lo puso nada fácil, y continuando con un Muirfield Village que se preparó concienzudamente para la ocasión. Y es que el norteamericano jugó sobre par las nueve primeras banderas por culpa de tres bogeys y dos birdies, algo que solucionó con un acierto en el 13 y, sobre todo, con este gran purito en el 17 que le dio la oportunidad de igualar en lo más alto y salir al 18 con posibilidades de triunfo. Un gran putt desde más allá de siete metros que le obligó a sacar el puño.