Parecía que su dominio en el Golf mundial iba a ser inquebrantable después de lo visto en las postrimerías de 2020 y los primeros compases de 2021 -con el triunfo en el Masters de Augusta y en el Saudi International-, pero lo cierto es que Dustin Johnson lleva ya muchos meses sin un buen resultado. De hecho, en los ocho últimos torneos disputados sólo se ha anotado un Top 10 y acumula dos cortes perdidos. Unos números que no hacen justicia a uno de los únicos cuatro jugadores que ha conseguido situar su nombre en lo más alto del ranking mundial durante más de cien semanas -los otros son Rory, Tiger y Greg Norman-.
Los problemas físicos vividos últimamente por el bombardero de Columbia, unido al poco feeling que ha tenido en varias parcelas de su juego, han puesto en riesgo su supremacía en el Golf. Sin embargo, la estrella norteamericana confía en volver a ser el que era y, de hecho, piensa que está muy cerca del regreso al cien por cien. “Puedo aseguraros que es una situación frustrante, pero siento que cada vez estoy haciendo más y más progresos”, señaló este miércoles a los periodistas en la previa del novedoso Palmetto Championship -que reemplaza al cancelado RBC Canadian Open-.
“Es cierto que no he estado bien, pero muchas de esas malas sensaciones tienen que ver con malos porcentajes de conversión en los greenes. No he estado pateando nada bien y ha sido una tendencia que se ha repetido en los últimos tiempos. Eso sí, cada vez me voy encontrando más cómodo. Ya estoy empezando a ver los resultados de tanto entrenamiento”, sentenció el americano, que tendrá la difícil tarea de prepararse para el US Open sobre la hierba del Congaree, un campo que debuta en la gira después de inaugurarse en 2018.
Y es que si por algo destaca el complejo de Carolina del Sur es por su recorrido europeo, más cerca de un links que de uno de los numerosos complejos que pueblan el país de las barras y estrellas. Así, los roughs y los bunkers penalizarán cada fallo y sólo la destreza técnica impedirá más de una cartulina desorbitada.