Lowry se desmarca del moralismo de si estar o no en Arabia Saudí: “Yo voy a jugar. No soy político”

Las declaraciones llegan tras el demoledor editorial del Washington Post, que afirmaba que los premios del torneo estaban “manchados de sangre

Shane Lowry. Foto: Getty Images
El irlandés ha optado por no meterse en charcos y prefiere centrarse en su profesión.

A medida que se van acercando las semanas para que podamos presenciar el Saudi International, lo cierto es que las noticias se van sucediendo entre los jugadores que siguen confirmando su adhesión al torneo perteneciente al Asian Tour y aquellas informaciones que arremeten con dureza contra el evento. En la gran mayoría de ocasiones estas últimas tienen como país de nacimiento Estados Unidos pero, más allá de quedarnos con el pueril argumento de que lo hacen como una forma de protección al PGA Tour como asociación, las tesis van más allá y aparecen enfocadas en criterios gepolíticos.

Ahí está, por ejemplo, el reciente editorial publicado por el Washington Post y que tiene por título Tomen nota de los jugadores del PGA Tour que participarán en Arabia Saudí. Están aceptando dinero manchado de sangre. Una pieza desgarradora que muestra las estrechas relaciones entre el PIF -el fondo de inversión saudí que está detrás de la inyección económica a LIV Golf Investments para tratar de poner los cimientos de un futuro circuito– y Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí y el máximo responsable de las escasas libertades que se respiran en su país tanto para la mujer como para diversos colectivos.

Los golfistas que vayan allí dirán que lo hacen como personas independientes que lo que quieren es hacer crecer el juego a nivel internacional. Qué magnánimo todo. Lo que están haciendo es coger millones de dólares de un régimen que ha mantenido viva una guerra civil inexplicable en Yemen durante casi siete años sin ninguna estrategia militar, solo logrando el hambre, más de 377 mil muertos y la destrucción de un país vecino”, firmaba Barry Svrluga.

El Saudi International es solo una pequeña muestra del intento de bin Salman de usar el deporte internacional para difuminar su criminal historial. Ha invertido en Fórmula 1, en la Premier League, en el Golf… Ha demostrado ser un experto en la práctica del lavado de cara deportivo”, sentenció. Unas palabras por las que, como cabía esperar, se ha preguntado recientemente a Shane Lowry, uno de los deportistas que estarán en el evento que se llevará a cabo en el mes de febrero.

Y el irlandés, lejos de mostrar su comprensión, se limitó a echar balones fuera: “No soy político. Estoy feliz de ir allí. Estoy encantado de ir allí a ganarme la vida. Solo espero jugar un buen Golf y volverme a casa con la victoria. Como deportista yo haré mi trabajo y de lo demás dejaré que se encarguen los políticos”, sentenció el europeo.

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