Si tuviéramos que emplearnos en argot torero, diríamos que Phil Mickelson recibió pitos y palmas en la primera jornada del US Open. Una división de opiniones que quedó constatada desde el primer tee cuando parte del público presente le aclamó tras la presentación del speaker, mientras que otros le gritaban recordándole su amor por las apuestas.
Y es que el zurdo de San Diego ha echado por tierra toda su reputación labrada en décadas tras marcharse al LIV Golf y realizar unas declaraciones explosivas que le obligaban a un retiro voluntario de más de cuatro meses. Ahora en el US Open y tras su expulsión del PGA Tour, los números del estadounidense son de los peores de entre los 156 jugadores en el campo.
Mickelson cogió 6 de 14 calles. 8 de 18 greenes y su promedio con el driver fue de 267 yardas (244 metros), el más bajo de entre los 156 golfistas en el campo. Lefty acabó con 78 golpes (+8) por detrás de 12 de los 15 amateurs que toman parte en este tercer Grande del año en el puesto 144. Un desastre que comenzaba en el 1 y terminaba en el 18 cuyo zénit pasaba por el 6.
Fue en ese par 3 cuando el jugador de 52 años pateaba para birdie, tras su mejor golpe desde el tee, desde tres metro y medio. El primero de sus cuatro putts. Una tortura que continuaba tras fallar el segundo y el tercer putt desde apenas un metro de distancia. Errores que poco a poco fueron hundiéndole en la clasificación y que solo un milagro le permitirá estar el fin de semana en The Country Club.
Phil Mickelson just four putted from 12 feet ?
Guess he isn’t used to playing in tournaments with cuts anymore ?pic.twitter.com/mZs1sV8yvF
— PointsBet Sportsbook (@PointsBetUSA) June 16, 2022