Muchos se echaron las manos en la cabeza tras ver lo sucedido en el primer hoyo del Augusta National. Jon Rahm (65 golpes, 7), que llegaba al comienzo de la temporada de Grandes como uno de los favoritos para conquistar su primera Chaqueta Verde, cometía un dolorosísimo doblebogey después de patear hasta en cuatro ocasiones en las inmediaciones de bandera. Un golpe seco e inesperado -sobre todo porque llevó sin excesivos problemas la bola al green en su segundo impacto- que, lejos de provocarle entrar en un bucle, le permitió salir mucho más fuerte.
De hecho, apenas habían transcurrido unos pocos minutos desde que pintó la cartulina con el citado error, cuando se apuntó su primera alegría de la tarde. Llegó en el par 5 del hoyo 2, una bandera en la que se recuperó a la perfección de una salida demasiado a la izquierda con un golpe antológico. Rahm dejó la bola en el green con un golpe marca de la casa y, aunque el putt posterior no le brindó el eagle –sí que lo hizo en el 8, con el que se metió en el podio-, sí que lo llevó a un birdie que le dio moral para lo que estaba por venir.
Y es que solo una bandera después volvió a encontrar el camino del birdie para devolver su tanteador a un Par que ya se veía con otros ojos. Pero el de Barrika no se quedó aquí. Amparado por un driver que lo mantenía recto como una vela -cogió todas y cada una de las catorce calles del recorrido de Georgia-, Jon tuvo más fácil encontrar los greenes -cogió diecisiete de dieciocho-. Un tremendo cóctel que ya en la primera parte del recorrido le permitió irse por debajo del par gracias al birdie en el 7 y el antes citado eagle en el 8.
En esos momentos, su marcador reflejaba un tres bajo par que lo metía de lleno en la pelea por terminar en el liderato tras los primeros 18 hoyos. Aunque el jugador de la Armada no se quiso conformar con esto y con aciertos en los pares 5 del 13 y del 15 -el primero de ellos tras una espectacular sacada de bunker que estuvo muy cerca de darle el segundo eagle de la ronda- y con sendos birdies en el 16 y el 18, Jon finalizó con un -7 que lo sitúa en el coliderato del torneo junto al noruego Viktor Hovland (65 golpes, -7) y al estadounidense Brooks Koepka (65 golpes, -7), que llega a Augusta tras cosechar su segundo título en la LIV Golf League.
Del resto de participación española, Sergio García (74 golpes, +2), que comenzó mandando en el torneo con dos aciertos sin errores en la nueve primeras banderas, se despidió del jueves con cuatro bogeys sin aciertos en la segunda parte del recorrido y tendrá que luchar para no ver peligrar su presencia el fin de semana. José María Olazábal (77 golpes, +5) también se fue al positivo tras un único acierto, cuatro bogeys y un doblebogey y tendrá muy complicado hacer el corte.
Todo ello en un día en el que Tiger Woods (74 golpes, +2) volvió a la disputa de un Major. Lo hizo firmando la misma cartulina que Sergio García tras sobreponerse a un complicado inicio con tres errores sin aciertos en las siete primeras banderas para subir al Top 54 y esperar acontecimientos de lo que está por llegar.
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