Reza un antiguo proverbio chino que el agua no horada la piedra por su fuerza, sino por su constancia. Esta frase le vino como anillo al dedo a Jon Rahm (67 golpes, -4), quien se la tatuó en la mente este jueves sobre la hierba de Vidanta Vallarta, un recorrido que ya le vio triunfar la pasada campaña en el Open de México y que le ha dado la bienvenida de la mejor manera posible este 2023.
Y es que el deportista español, que salía en el turno de mañana, tuvo dos momentos diferenciados en su ronda: uno, del 10 al 18, donde le costó arrancar tras una semana de ausencia en el circuito; y dos, del 1 al 9, zona en la que destapó la caja de los truenos en este primer día de campeonato. De hecho, pocos hubieran firmado que conseguiría acercarse a la zona noble tras su primera parte de recorrido, pero el vigente campeón del Masters de Augusta está hecho de otra pasta.
El actual número uno del planeta tuvo un arranque con multitud de piedras en el camino, pues cometió sendos bogeys en el 11 y el 16 que lo obligaron a apuntarse dos aciertos en el 14 y el 17 si quería hacer el cruce con un resultado que no tuviera asociado el signo positivo. Sin embargo, todo cambió desde el mismo momento en que puso un pie en el tee del 1. Jon se puso el traje de las grandes ocasiones para lograr cuatro birdies en los nueve últimos hoyos –el último de ellos tras un purazo espectacular de casi ocho metros– y se ganó con todo merecimiento un lugar entre los mejores.
Desde aquí se sitúa a cuatro impactos del ocho bajo par que presenta un sorprendente Austin Smotherman (63 golpes, -8), quien se ha convertido en el rival a batir gracias a sus ocho aciertos sin atisbo de fallos.
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