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El deportista del viejo continente lleva un tiempo intentando encontrar su juego. Foto: @PGATour
No están siendo unas semanas fáciles para Rory McIlroy. Desde que consiguiera finalizar en la tercera posición del WGC-Dell Technologies Match Play, el norirlandés no logró pasar el corte en el Masters y ha sellado un discreto Top 47 en el Wells Fargo a pesar de llegar con el cartel de favorito. Unos números que se unen a su papel secundario en THE PLAYERS a mediados del mes de marzo, pues tampoco consiguió los guarismos suficientes para adentrarse en las dos últimas rondas del campeonato. Y esto sin nombrar los tres millones de dólares perdidos del Programa de Impacto del Jugador por no participar en el RBC Heritage…
Toda una retahíla de catastróficas desdichas que tuvieron su continuación esta semana sobre la hierba de Quail Hollow Club, un campo que le vio adentrarse en la zona noble en la primera jornada con un destacado 68. Sin embargo, esto fue lo único reseñable de unas rondas en las que finalizó con un resultado global de Par y en la que su inconsistencia tanto desde el tee como con los hierros le acabó costando despedirse del Wells Fargo sin ninguna opción de plantear batalla. Atrás quedaron los días en los que volaba en el complejo de Charlotte, llevándose hasta tres triunfos y logrando en 2015 un histórico 61 en la tercera ronda.
De hecho, el deportista europeo acabó con tantos problemas en su juego que incluso rehuyó hacer declaraciones al término de su vuelta, un ofrecimiento que ya rechazó en la previa del torneo. De esta manera, las únicas palabras que escuchamos del ex número 1 del mundo en toda la semana tuvieron lugar el martes, cuando asistió a un evento de un patrocinador y fue preguntado por la decisión de perderse el Heritage y que le acarreará una pérdida de tres millones de dólares.
“Sabía las consecuencias que podría tener al perderme otro torneo, pero fue una decisión que tenía que tomar”, señaló Rory. “Mi mente no habría estado en el torneo. Para mí, era más importante estar en casa que allí”, sentenció. Unas declaraciones que ponen en evidencia que McIlroy no pasa por su mejor momento.
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