Justin Timberlake fue el maestro de ceremonias en la inauguración de la 39ª edición de la Ryder Cup. El acto fue emotivo. No faltaron las lágrimas de José Mari Olazábal al glosar la figura de Seve Ballesteros, aunque Phil Weaver, presidente de la PGA Europea, fue el primero en recordarle: “Seve tuvo una enorme influencia en la Ryder Cup. Jugaba con el corazón”.
A Olazábal se le saltaron las lágrimas cuando dedicó al pedreñero parte de su discurso: “No me olvido de mi gran amigo Seve Ballesteros. Fue una persona muy especial que supo reflejar como nadie los valores de la Ryder Cup: jamás rendirse y estar siempre preparado para cualquier adversidad. Él me trasmitió la pasión que ponía en todo. Seve, te echamos mucho de menos”.
La ceremonia de inauguración se celebró en el Akoo Theatre. Con anterioridad a la llegada de ambos equipos actuó el cómico George López y una típica banda de música de Chicago.
El alcalde de la ciudad dio la bienvenida y a continuación Justin Timberlake, embajador del equipo de Estados Unidos, ejerció de maestro de ceremonias presentando uno a uno a los capitanes y sus 24 jugadores, quienes accedieron por una plataforma elevada mientras se proyectaba un vídeo con sus mejores actuaciones.