«Gracias a Dios que lo he hecho dos veces en el 18». Son palabras de Jon Rahm a la pregunta de si era consciente de que había dejado a Scheffler como el único número uno de la historia que no gana un partido en una Ryder. Y lo hizo tras golpes estratosféricos como el dado en el 10 desde la ría, o el dardo en el par 3 del 13 desde 154 yardas (140 metros) con el que dejaba la bola a medio metro para sacar el birdie y ponerse por delante en el marcador. Un golpazo que vemos en estas imágenes que a la postre fue clave para sacar el medio punto ante el número uno del mundo.
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