Tuvo más emoción de lo que a muchos le hubiera gustado, pero Europa vuelve a recuperar la Ryder Cup tras la escabechina vivida hace un par de años en Whistling Straits. Lo hizo después de que la estrategia de Luke Donald de poner en los primeros envites al núcleo duro le saliera a la perfección. Y es que el viejo continente consiguió dos puntos y medio en los primeros cuatro partidos que pusieron en franquía la consecución de la victoria.
Todo comenzó con un empate entre Jon Rahm y Scottie Scheffler, donde el León de Barrika se agarró con uñas y dientes para vencer en el 18 y rascar medio punto para el combinado europeo. A este le siguieron los triunfos de Viktor Hovland por 4&3 ante Collin Morikawa y de Rory McIlroy por 3&1 ante Sam Burns. Faltaba solo punto y medio. Y por mucho que los americanos se apresuraban por poner el rojo en los marcadores en los encuentros intermedios, era cuestión de tiempo que el milagro demandado por el equipo de Zach Johnson se desvaneciera como un azucarillo.
La victoria de Tyrrell Hatton por 3&2 ante Brian Harman acariciaba todavía más el trofeo, aunque la estocada final en el tiempo se produjo gracias a Tommy Fleetwood. El británico no logró subir en ese momento el medio punto al marcador, pero quedó en situación de dormie al vencer en el 16 a Rickie Fowler y provocó que el Marco Simone romano estallara de júbilo. Poco importó lo que sucedió a continuación en el resto de encuentros.
Si acaso, por aquello de la épica asociada a un impacto en concreto, deberíamos de quedarnos con el putt para birdie de Shane Lowry en el 17. Con él, el jugador norirlandés se situaba un hoyo por encima de Jordan Spieth. Un golpe que celebraba por todo lo alto y que ponía de manifiesto la gran semana de Europa, que se despidió por 16,5 a 11,5.
When in Rome ?#TeamEurope | #RyderCup pic.twitter.com/xkRJQD5QTw
— Ryder Cup Europe (@RyderCupEurope) October 1, 2023
Puede seguir a OpenGolf en Facebook, Twitter y LinkedIn, o suscribiéndose a través de este enlace a nuestra Newsletter Semanal
Pingback: Así fue la batalla de los campeones con su baño de Champán