Martin Kaymer, uno de los héroes en Medinah y autor del putt que dejaba la Ryder Cup en Europa, llegó a Escocia más feliz que nunca sabiendo que lo sucedido este pasado domingo nunca más se volverá a repetir.
«Será difícil volver a encontrarme ante un putt tan importante… desde luego, ha sido el más importante de mi vida. Y si volviera a tener la oportunidad dentro de dos años, sabré que puedo hacerlo, porque ya lo he hecho una vez.Estoy muy agradecido por haber tenido la suerte de vivir esos momentos y de sentir todo lo que he sentido”, dijo el alemán.
El primero en felicitar a Kaymer fue su hermano que llegó corriendo a abrazarle, pero a Kaymer solo le preocupaba en esos momentos una cosa: la imagen que había dado en la televisión después de meter el putt de la victoria.
«Se ven todas mis emociones. Estaba a un nivel completamente distinto a cuando gané la PGA (en 2010). «Le pregunté a mi hermano: ‘¿Salgo ridículo?’ porque para mí este momento es completamente nuevo.Nunca me he visto así, nunca he reaccionado así.»
«Me dijo: ‘No, sales bien, y aunque estuvieras ridículo, sería bueno, porque es natural, tú te sentías así, era un sentimiento verdadero, y eso es lo único que importa’. Cuando lo volví a ver en televisión y en YouTube ya no me pareció tan mal.»
Paul Lawrie y Peter Hanson son sus dos compañeros de equipo que compiten esta semana en Escocia, donde hará su debut el norteamericano Dustin Johnson, que ganó a Nicolas Colsaerts el domingo.
También juegan los cuatro vicecapitanes: Thomas Björn, Darren Clarke, Paul McGinley y Miguel Ángel Jiménez.
«El domingo fuimos un equipo fantástico», añadió Kaymer. «Haber formado parte de un día tan histórico es un gran privilegio, pero para mí, lo que más vale es la gran piña que formamos los jugadores y los capitanes. Espero que podamos conservarlo así.»