Luces, villancicos, árboles y escaparates decorados, belenes y una gastronomía propia de una época muy especial. Si Andalucía respira magia durante todo el año, ni qué decir tiene que esta se acrecienta con la llegada de la Navidad. Y es tanto adultos como niños pueden gozar por igual de un período del año lleno de grandes deseos, muchos regalos y una decoración sin parangón. Es por esto que no encontramos destino mejor para vivir este período, pues las ocho provincias ofrecen al visitante sus mejores galas para hacer de su estancia un recuerdo mágico.
No hay municipio, ya se encuentre en la sierra o en la playa, que no haga vibrar a sus huéspedes con una belleza sin igual. Una manera diferente de contagiarse de la alegría de un pueblo que abre sus puertas para mostrarse tal y como es: cálido, acogedor y con un júbilo contagioso.
Y qué mejor manera de comprobarlo que dando una vuelta por sus conocidos mercadillos, esa costumbre tan andaluza que llena las calles y plazas de coloridos puestos en los que ofrecer todo tipo de artículos: desde los tradicionales dulces, pasando por productos de artesanía hasta ropa o juguetes para los más pequeños.
La Feria del Belén de Sevilla es un gran ejemplo de este tipo de eventos, al permitir al visitante perderse en un inolvidable paseo bajo el amparo de las luces y el embrujo de una ciudad sin parangón. Una opción que se transforma en obligación cuando se trata de ver los belenes, donde el esmero y el detalle se dan la mano para llevarnos a otra época.
Y es que no hay Navidad andaluza que se precie sin las representaciones del nacimiento, ya sea con figuras de porcelana o con los belenes vivientes con los que se engalanan algunos municipios de toda la geografía de este rincón de nuestro país. Sirvan como ejemplo los que pueden contemplarse en Arcos de la Frontera o en Ubrique, ambos en Cádiz. Así como el belén de Rute (Córdoba), para el que se emplea anualmente más de una tonelada y media de chocolate y que ilumina la cara a los más golosos. Toda una delicia que sirve de aperitivo para los dulces que llenan las mesas de las familias durante esta época.
Los alfajores -elaborados a partir de una pasta de almendras a la que se incorpora nueces y miel-, los roscos de vino, los mantecados o las bolas de coco conquistarán el paladar de grandes y pequeños. Y es que, como bien es sabido, la gastronomía andaluza, con su riqueza y variedad, es capaz de conquistar a los paladares más exigentes.
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— Turismo-Deporte Junta de Andalucía (@TurismoAND) November 25, 2023