El deporte siempre tiene deparadas historias para las que muchos no están preparados. Ni siquiera los mejores. Cuando piensas que después de todo lo vivido nada puede sorprenderte, la bofetada de realidad llega hacia ti de manera súbita. Uno trata de asimilar qué ha pasado, pero no encuentra la manera de procesar cómo ha podido suceder. Sobre todo cuando el que lo ha sufrido en sus carnes es un o de los mejores jugadores que ha dado el continente europeo en toda su historia y la tarea era retener en sus manos el US Open.
Parecía fácil cuando, al echar un vistazo en la clasificación, Rory McIlroy (69 golpes, -5) aparecía en lo más alto, impasible a todo lo que estaba aconteciendo sobre la hierba del Pinehurst No.2. No obstante, en la azotea del rascacielos más alto del planeta el viento azota con más fiereza que en las plantas inferiores. A falta de cuatro banderas para dar por finiquitado el US Open el jugador norirlandés aventajaba en dos impactos a Bryson DeChambeau (71 golpes, -6) después de una ronda en la que el europeo se anotó hasta el momento cinco birdies y un solitario bogey.
Pero entonces los vientos de cambio arribaron a su cartulina en forma de errores. El primero de ellos en el 15 después de que las revoluciones le jugaran una mala pasada y se acabara yendo por detrás de green, con el consiguiente perjuicio para intentar salvar el par. El segundo, en el 16. Rory jugó este hoyo sin fisuras aparentes: bola al centro de la calle desde el tee y approach a ocho metros del hoyo. Sin embargo, con el primer putt se quedó a un metro del mismo y con el segundo no consiguió llevarla tampoco al agujero. Pero lo más duro estaba por llegar.
El éxtasis llegó en el 18, cuando volvió a dejarse un putt de apenas un metro para salvar el par y acudir al desempate y, sin embargo, volvió a ver cómo su bola esquivaba tal posibilidad. DeChambeau, en cambio, pegó uno de los golpes de la temporada desde el bunker para dejarse un putt de poco más de un metro que no desperdició para levantar el segundo US Open de toda su carrera y dejar a Rory con la miel en los labios.
Todo ello en un día en el que Sergio García (70 golpes, +1) volvió a pelear con uñas y dientes tras un mal comienzo. El castellonense, después de tres errores en las cuatro primeras banderas, se anotó tres aciertos en el resto de cartulina para finalizar su actuación en el Top 12, un solo impacto por detrás de la zona noble. David Puig (78 golpes, +11) terminó por encima de par y acabó firmando el Top 55.
ANOTHER ONE! ?@b_dechambeau has won the 124th U.S. Open Championship! pic.twitter.com/rzxg7eiDMc
— U.S. Open (@usopengolf) June 16, 2024