El norirlandés confía en dejar atrás su mala racha después de un año en el que se le han escapado muchos triunfos en los instantes finales
Pocos dudaban que Rory fuera a ganar el Irish Open este pasado domingo. Sobre todo cuando apareció por el tee del hoyo 10 con dos golpes de ventaja sobre su más inmediato perseguidor. Sin embargo, con lo que no contaba nadie era con la irrupción de un Rasmus Hojgaard que se llevó el título tras un final de muchos quilates.
“Desafortunadamente, en el último año me estoy acostumbrando a estas cosas”, confesaba tras el torneo el jugador norirlandés, que llegó a tener un putt para eagle en el 18 con el que hubiese llevado el torneo al desempate. Lamentablemente para él, la bola se desvió y tuvo que conformarse con un birdie que solo le sirvió para confirmar el subcampeonato en solitario. “Con un poco de suerte, sé que la situación cambiará muy pronto y convertiré todos estos momentos difíciles en victorias”, aseguró el actual número tres del planeta.
Rasmus Hojgaard suma el quinto título de su carrera en el DP World Tour con apenas 23 años
Una situación en la que el gran triunfador fue un Rasmus Hojgaard que antes de iniciar el día confesaba que su meta era alcanzar los ocho golpes por debajo del par. “Tenía en mente el -8, pero lo que finalizar nueve abajo fue oro”, aseguró en la rueda de prensa posterior a su victoria. Un título con el que eleva a cinco sus entorchados en la gira del viejo continente y que supone volver a la senda de la victoria por primera vez desde julio del pasado año.
“Ha sido una enorme inyección de confianza. Sabía que iba a ser muy difícil teniendo a Rory delante. Estuvo apretado hasta el último putt. Esto seguro que me afianza de cara a todo lo que está por venir hasta el final de temporada”, sentenció el joven jugador nórdico, que ha dado un salto en el ranking mundial desde el Top 88 al Top 63.
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