Sergio García tardó solo dos hoyos en destrozar su driver en otro momento de frustración

Así y todo, el castellonense fue capaz de anotar el birdie, uno de los más extraños vistos esta semana en el último Grande de la temporada

Si algo distingue a Sergio García es su transparencia emocional: nunca disimula lo que siente. En la cuarta y última jornada de The Open, tras una semana cargada de frustraciones, su expresión lo decía todo. La procesión iba por dentro… y no tardó en exteriorizarse.

Apenas en el hoyo 2, tras una mala salida, el castellonense estalló golpeando con rabia su driver contra el suelo, hasta partirlo. El gesto fue tan claro como contundente: el ánimo no era el mejor. Y lo peor es que, según las reglas, no puede sustituir el palo roto, lo que le obligó a afrontar los 16 hoyos restantes sin esa herramienta de trabajo.

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