Los milagros existen: Gumberg firma el eagle desde 53 m. con el último golpe del año y salva su tarjeta

Fue el mejor golpe que he dado en mi carrera”; confesó el golfista estadounidense entre lágrimas finalizado el Genesis Championship en Corea

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Jordan Gumberg celebró el eagle por todo lo alto sabiendo la importancia del mismo

En el golf, como en la vida, hay momentos que lo cambian todo. Jordan Gumberg vivió uno de esos instantes mágicos en el Genesis Championship, cuando embocó un eagle desde 53 metros en el hoyo 18 del Woo Jeong Hills Country Club para conservar su tarjeta del DP World Tour. Fue su último golpe de la temporada. Y probablemente, el más importante de su carrera.

El estadounidense, que llegó a Corea en el puesto 127 de la Race to Dubai, necesitaba terminar 14º o mejor para mantenerse en el circuito. Tras una ronda final marcada por la tensión, con solo un birdie en el hoyo 4 y 16 pares consecutivos, Gumberg se plantó en el tee del 18 sabiendo que todo dependía de ese último par cinco.

Jordan Gumberg ha sido el jugador más activo del DP World Tour en 2025, disputando 34 torneos

Su segundo golpe se fue a la izquierda del green, dejándole una opción complicada. Pero lo que parecía un cierre frustrante se convirtió en una escena de película; la bola aterrizó en el green, rodó cuesta abajo y desapareció en el hoyo ante el delirio del público. “Fue el mejor golpe que he dado en mi carrera”; confesó entre lágrimas.

Gumberg ha sido el jugador más activo del DP World Tour en 2025, disputando 34 torneos y todos los eventos del tramo final. Sin embargo, no había logrado un solo Top 10 en toda la temporada. Su constancia y esfuerzo parecían no encontrar recompensa… hasta ese último golpe. “Sabíamos que el golf sólido nos daría opciones, y mi caddie me mantuvo firme todo el día. Me decía: ‘Sigue, lo tienes’. Y tenía razón”; relató emocionado.

La celebración fue tan espontánea como emotiva. Saltó sobre su caddie, abrazó a sus compañeros de partido y se agachó junto al green, visiblemente conmovido. “Miré a mi prometida y le pregunté: ‘¿Estamos bien?’ Y me dijo: ‘Estamos bien’. Fue una descarga total de emociones”; añadió.

Más allá de los puntos y la clasificación, Gumberg habló de lo que realmente significa el Tour. “Es una hermandad. No solo entre jugadores, también entre las familias. Es una alegría saber que volveré a verlos”. Con ese golpe, Jordan Gumberg no solo salvó su temporada. También nos recordó por qué amamos este deporte: por su capacidad de emocionar, de sorprender y de premiar a quienes nunca dejan de creer.

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