Sergio García afronta su decimoquinta camaña como profesional. Ha debutado en Doha, en Catar (69 golpes). El castellonense afronta 2013 con las pilas cargadas y grandes sensaciones tras un buen 2012, sobre todo desde agosto: ganó su octavo título en el PGA Tour, el Wyndham Championship, contribuyó el triunfo europeo de la Ryder Cup y se impuso en diciembre en Tailandia con una espectacular ronda final de 61 golpes, la mejor de su carrera.
Sergio acaba de cumplir 33 años. Es el decimoctavo mejor jugador del mundo y en España se suspira porque algún día pueda ganar uno de los cuatro torneos de Grand Slam. Juego le sobra para conseguirlo. Quizá este año puede ser el elegido. El castellonense ha introducido cambios en su vida profesional: ha roto com IMG, repite ‘caddie’ de final de año, su mentalidad ha dado un giro copernicano, se operó de astigmatismo en los ojos que le hacia ver con dificultad los contornos a lo lejos y su juego mantiene su frescura natural.
«Lo más importante es dar solo a los malos momentos el crédito que merecen, tratar de aprender de ellos, mejorar según pasan los años y creer en ti mismo, ser paciente», reflexiona Sergio García en declaraciones que difunde el Tour europeo.
«El golf», prosigue del de Castellón, «es el tipo de deporte que te pide que seas muy, muy paciente, al igual que en la vida. Así que creo es lo único que puede hacer». «Obviamente estoy contento con cómo me han ido las cosas en los últimos dos años y me siento cómodo conmigo mismo, que es importante. Me siento muy feliz donde estoy», aseveró.
García está, como se dice, maduro. En 2013 puede caer el fruto: un torneo de Grand Slam. Suerte al campeón.