Pese a una corbata de casi 360º, ya tenemos un gallo más para el gallinero de un año que promete ser épico en el golf mundial. Phil Mickelson, el jugador a zurdas de San Diego que tanto se quejó de que un 63% de sus ganancias iban a parar al fisco, se sumó a la batalla que sostendrán Rory McIlroy y Tiger Woods. En su primera tarjeta entregada en el Phoenix Open, su segundo torneo del año, el zurdo hizo 60 golpes (-11) en el TPC de Scottsdale, en Arizona. Solo una corbata de 360º evitó la mágica cifra de 59.
Mickelson, de 42 años, igualó la vuelta más baja de su carrera, 60 golpes, que precisamente anotó en este mismo torneo y campo, en la segunda ronda de su victoria en 2005.
Lo más lastimoso del liderato en el que ya figura Phil Mickelson es que en el hoyo 18 su ‘putt’ iba dentro para el 59, pero la bola rodó por la circunferencia casi completa y no quiso entrar. Phil se hubiera convertido en el sexto jugador en lograr un 59 en el PGA Tour en torneo oficial, porque Bo Van Pelt consiguió el miércoles en el Pro Am de este torneo acabar con 59 golpes, a la sazón el nuevo récord del campo.
Mickelson lidera un torneo que ha ganado dos veces. El jugador a zurdas embocó 11 ‘birdies’, después de una hora de retraso por la niebla y en un jornada marcada por la baja de Vijay Singh, ‘tocado’ por su revelación de haber usado presuntamente productos con sustancias dopantes.
Tiger ganó el lunes pasado en Torrey Pines, pero Mickelson se ha subido al escenario en su segundo torneo del año con una vuelta memorable y en un día en el que el zurdo hizo del golf una obra de arte.