
Le ha dado fuerte al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, con el golf. Nada que no ocurra al común de los golfistas. Lo malo es que sus opositores políticos están utilizando esta desaforada pasión por el golf como arma arrojadiza contra el presidente de la mayor potencia mundial.
Las bolsas de palos acompañan al zurdo Obama en cada viaje, en su avión presidencial (ver foto). El 28 de febrero jugó con Tiger Woods 18 hoyos. Tiger ganó poco después el Cadillac Championship.
Y nosotros decimos: si Obama baja el hándicap al mismo ritmo que logra que descienda la crisis en su país, pues bienvenidos sean esos hoyos de fin de semana.





