José María Olazábal es uno de los golfistas profesionales que mejor domina el juego bajo condiciones de viento fuerte. Una de sus claves para no desfallecer y sacar partido a una ronda de golf cuando vuelan los sombreros es su excelente manejo de la bola baja con los hierros. En eso, Chema es un maestro. Quizá le ayudó que en su tierra, entre la lluvia y el viento, no le quedó más remedio que adaptarse a estas condiciones en sus largas horas de entrenamiento diarias.
Pero ninguno de nosotros, lectores y aficionados, somos Olazábal. Probablemente, como jugadores no le llegamos ni a la suela del zapato. Pero sí debemos intentar tener en cuenta siete claves para no jurar en arameo cuando al amanecer vemos que el día es ventoso y nuestra partida comienza en pocas horas.
OpenGolf les recuerda cuáles son esas ideas fundamentales con las que intentar que en nuestra tarjeta no se acumulen los dobles ‘bogeys’ y poder sacar partido a una ronda de golf en principio dura y difícil:
1 – Observación: Siempre, en cada ‘tee’, en cada golpe, en cada hoyo. Incluso en el ‘green’. Fijar la dirección del viento y su intensidad. Observar, así mismo, la trayectoria de las bolas de nuestros compañeros de partido. El esfuerzo es notable, pero es imprescindible. La dirección del viento cambia en cada hoyo.
2 – Paciencia: La necesitaremos como arma principal para afrontar un día duro de golf. Incluso, en dosis mayores que en días de calma. Si la perdemos, nuestra ronda de golf estará arruinada.
3 – Imaginación: La bola puede describir trayectorias inimaginables. Por eso, precisamos una imaginación extra. Visualice esa trayectoria antes de cada golpe, aunque nos parezca inverosímil.
4 – Aprendizaje: En vez de enfadarnos con el jugueteo interminable del viento sobre la bola debemos aprender y memorizar. Esa información nos será muy útil para el hoyo siguiente, de tal manera que llegados al último hoyo tendremos toda la información si somos capaces de aprender por el camino.
5 – Adaptarse: O lo que es lo mismo, resignarse. El viento no parará. No sirve de nada el siguiente pensamiento: «si lo llego a saber llamo al club y no juego». Es inútil y nocivo esta reflexión. En ese momento, y en caso de no rectificar nuestra adaptación mental, el campo nos dará una buena paliza. Seamos, pues, fuertes.
6 – Bola baja: Salvo si sopla a favor, en días con mucho viento la bola en trayectorias más bajas es obvio que se verá menos afectada en cuanto a su vuelo. Renuncie al ‘driver’ si es preciso desde el ‘tee’ (todo lo contrario con el viento a favor); opte por hierros largos y un menor ‘swing’; bola más retrasada en el ‘stance’ y manos adelantadas. Estas cuestiones, entre otras, pueden ayudar a ejecutar golpes con bola rasante.
7 – Abrir piernas en ‘green’: El viento fuerte afecta también a los golpes con el ‘putt’. No varíe la técnica, pero un truco para asentarnos mejor en el ‘stance’ es abrir más las piernas. Sentiremos más estabilidad y el viento no será un elemento de tanto desequilibrio.