El golfista norirlandés Rory McIlroy se ha adjudicado este domingo el primer ‘major’ de su carrera al proclamarse brillante campeón del Abierto de Estados Unidos, tras una exhibición de golf en el Congressional Country Club que ha confirmado la aparición de una nueva figura a seguir y donde el español Sergio García pudo culminar una gran actuación para finalizar séptimo.
McIlroy, que con tan solo 22 años y un mes se convierte en el ganador más joven del US Open –segundo ‘major’ de la temporada–, firmó un impoluto Abierto que supone el récord de golpes en este ‘grande’, 16 bajo par (Tiger Woods lo hizo en -12 en el 2000). Además, McIlroy destierra los fantasmas del Masters 2011, donde perdió la ‘chaqueta verde’ en un aciago domingo, tras ir líder desde el primer día.
Por otro lado, el golf europeo mantiene su momento dulce en detrimento del norteamericano. La esperanza Phil Mickelson, último golfista de EE.UU. en ganar un ‘grande’ (Masters 2010), terminó en una decepcionante 54ª posición, y ninguna de las jóvenes promesas yanquis ofreció sorpresa alguna, ni pudo estar al nivel de los mejores en el Congressional.
El mejor, el norirlandés de Holywood, comenzó el último día en Maryland con una ventaja de ocho golpes sobre su inmediato perseguidor, el surcoreano Y.E. Yang, con lo que se esperaba un domingo de descanso si no fuese por lo ocurrido en Augusta. Por aquello, McIlroy quiso dejar claro que está por encima del resto y volvió a firmar una exquisita actuación.
No estuvo Tiger, por lesión, pero sí estuvo su posible sucesor. Un jugador de 22 años que solo tiene como rival a él mismo, en la juventud y la obligación de seguir en lo más alto ahora que ya ha llegado, que sabe lo que es ganar un ‘grande’. McIlroy, que sucede a su compatriota Graeme McDowell, se lleva el US Open haciendo gala de un nivel y preparación envidiable por el resto.
Tras la jornada del sábado, el día de las remontadas, el inglés Lee Westwood y el australiano Jason Day se unían a Yang en la lucha por el segundo puesto. Con el primero decidido casi desde el primer día, la lucha por buenas posiciones fue igualada hasta el final, donde se impuso el joven Day.
El australiano volvió a firmar, como ya hiciera en Augusta, un segundo puesto en un ‘major’. Haciendo gala de una gran regularidad y sangre fría, Jason Day se hace con un hueco en el golf mundial, a cuyo liderato parece también estar llamado. Por su parte, el exnúmero uno del mundo, Lee Westwood, terminó tercero junto a otros cuatro golfistas.
Mención a parte merece el surcoreano Yang quien, salvando bolas imposibles, se mantuvo arriba de la tabla. El jugador asiático tuvo la difícil tarea de seguir el ritmo de partida de McIlroy, con el que estaba emparejado desde el sábado. Yang veía igualado o mejorado por el norirlandés cada uno de sus golpes maestros, con lo que terminó por ceder su segunda posición.