Es sabido que Tiger Woods comenzó a jugar al golf a los dos años. Se ha escrito de Tiger que a esa edad tan temprana su padre, Earl Woods, un veterano de la guerra de Vietnam, le inculcó una disciplina espartana para que el muchacho se convirtiera en uno de los mejores jugadores del país. Lo que en psicología viene a traducirse en un caso de proyección, en cuyo grado máximo el padre llega a vivir y a creerse en verdad que la vida de su hijo es la suya propia.
Tiger Woods ha aclarado esta cuestión. Durante una conferencia de prensa los periodistas norteamericanos preguntaron a Tiger sobre los gustos de su hijo mayor Charlie, de cuatro años, sobre el golf, lo que piensa de su padre y sus aficiones. Los informadores plantearon esta cuestión al comprobar que el chico ha comenzado a seguir a su padre durante los torneos, en concreto los dos últimos que ha disputado, el Bridgestone Invitational y el US PGA.
«Charlie hará lo que decida. Si decide jugar al golf, que así sea. Igual que si decide jugar a otro deporte o no practicar nada. Mientras él esté feliz y disfrute de su vida me parecerá bien. Estoy para apoyarle y guiarle en su vida», comentó Tiger al respecto del joven Charlie, el hijo mayor de su matrimonio, que acabó en divorcio, con la sueca Elin Nordegren.
«Él (Charlie) solo emula lo que hago. Me observa cómo doy bolas y a veces me imita. Es cómo yo aprendí con mi papá, y me enamoré del golf con él a edad temprana. Mi padre me dio diversión y luz, y a mí me gustó. Eso es lo que quiero hacer con Sam o Charlie si eligen jugar al golf. Que vayan a divertirse», subrayó el mejor jugador del mundo quien, entre otras cuestiones, encontró patrocinador para su torneo, el World Challenge, previsto para la semana del 2 al 8 de diciembre próximo. La compañía Northwestern Mutual ha puesto a flote el torneo en el Sherwood Country Club, en Thousand Oaks, California.
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