Cuando Adam Scott y Justin Rose cumplieron los 20 años llegaron a un acuerdo, a modo de apuesta: quien ganase primero un ‘major’ asumiría los gastos derivados de organizar una gran fiesta de celebración.
El australiano Scott, campeón el domingo en The Barclays y nuevo nº2 del ránking mundial, fue el primero en alcanzar ese objetivo al adjudicarse el Masters. Lo logró trece años después de la citada apuesta (2000-2013).
Dos meses más tarde, ganaría el inglés Rose el Open estadounidense en Merion. El primero, pues, asumió la cuenta de grandes proporciones en el ultra privado Albany Golf Club en Las Bahamas, en donde ambos son miembros. En ese lugar celebraron el fin de semana pasado sus respectivos triunfos en los Grandes de 2013.
“Cuando hicimos ese compromiso, los cheques no eran tan grandes, pero creo que ambos vamos a cumplir la promesa”, dijo Scott en una reciente entrevista al PGA Tour.
Scott nació dos semanas antes que Rose en el verano de 1980. Ambos han mantenido una buena amistad en el circuito y fuera de él.