En Verbier, Suiza, existe un campo de golf al que se le añade una dificultad extra al siempre difícil deporte del golf. En ese recorrido suizo vive un zorro que cuando ve una bola de golf no duda en ir a por ella dejando al jugador, que no conoce al animal, con la sorpresa en su rostro.
Este zorro «golfista» impide que la bola llegue a su destino y difícilmente un jugador embocará su bola si el animal se encuentra por los alrededores.
Lejos de enfadarse, son muchos los jugadores de este campo que han adoptado a este original recogepelotas como mascota permitiendo que este zorro siga haciendo de las suyas.
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